GLAUCOMA

la ceguera silenciosa

¿Qué es el glaucoma?

El glaucoma es una neuropatía óptica que cursa con afectación de la papila o el nervio óptico y otros defectos específicos en el campo visual que suelen asociarse con una presión intraocular aumentada y no siempre.

Se trata de una enfermedad con un conjunto de síntomas que tienen como consecuencia la degeneración de los tejidos sensibles del ojo, fibras nerviosas de la retina y especialmente el nervio óptico, que es el encargado de transmitir la información visual al cerebro. En la mayoría de los casos, este trastorno se ocasiona como consecuencia de un aumento en la presión intraocular.

Grupos de riesgo

Mayores de 40 años de edad.

Personas con miopía magna, diabetes o antecedentes familiares de glaucoma.

Consumidores de esteroides durante un periodo de tiempo prolongado.

Personas de raza negra, especialmente a partir de los 35 años de edad. Individuos que han sufrido algún traumatismo ocular.

Síntomas del glaucoma

El glaucoma es una enfermedad que no suele diagnosticarse hasta encontrarse en estadios avanzados de la misma, debido a que, en su forma más frecuente, carece de sintomatología.

En algunos casos, especialmente si hay un rápido aumento de la presión del ojo, pueden experimentar uno o más de los siguientes síntomas:

1

Visión de túnel

Pérdida paulatina de la visión periférica.
2

Dolor alrededor de los ojos

Al salir de una zona oscura a otra con buena iluminación.
3

Dolor cabeza

Dolor de cabeza y enrojecimiento ocular.
4

Náuseas y vómitos

5

Visión de halos

6

Visión borrosa

DETECCIÓN/
PREVENCIÓN

Las tres pruebas básicas para la detección del glaucoma son:

  • Tonometría – Medición de la presión intraocular (PIO).
  • GDX y OCT – Inspección del nervio óptico y retina.
  • Campimetría computerizada – Examen del campo visual.
  • Test genético – Hoy en día se puede prevenir la posibilidad de padecer glaucoma. Esto es así gracias a la realización de test genéticos que miden la predisposición del paciente al síndrome de pseudo-exfoliación (PEX). El 50% de los pacientes que padecen este síndrome terminan padeciendo a su vez glaucoma. El test se lleva a cabo a través de la toma de una muestra de saliva de la cual se analizan unos marcadores de fiabilidad máxima.

TRATAMIENTOS
LÁSER

  • Iridotomía: Consiste en realizar una comunicación entre la parte anterior y posterior del globo ocular para favorecer el drenaje de humor acuoso. Mediante el uso de láser YAG se realiza un pequeño agujero en la parte periférica del iris. Este procedimiento se realiza en la propia consulta.
  • Iridoplastia: Mediante el uso de láser Argón se realizan una serie de impactos en la periferia del iris que pretenden contraer el tejido iridiano variando por tanto su conformación con respecto al ángulo a través del cual se filtra el humor acuoso.
  • Trabeculoplastia selectiva láser (SLT): Esta técnica actúa directamente a nivel del trabéculum o malla trabecular, lugar a través del cual tiene lugar el drenaje de humor acuoso, para así favorecerlo.
  • Ciclofotocoagulación transescleral con láser de diodo: A diferencia de los tratamientos previamente descritos, la aplicación de este láser se realiza en quirófano y se reserva para casos avanzados y complicados de glaucoma. Con él se actúa en el lugar de producción del humor acuoso, el cuerpo ciliar.

CIRUGÍA
GLAUCOMA

Iridectomía

La base del tratamiento es la misma que la iridotomía con láser YAG, es decir, realizar una comunicación entre la parte anterior y posterior del ojo favoreciendo así el drenaje del humor acuoso. La diferencia entre ambos procedimientos es el hecho de que en la iridectomía se realiza una resección de una zona periférica del iris en el quirófano y está reservado para casos en los que la iridotomía no resulta posible o es insuficiente.

MIGS (Cirugía de Glaucoma Minimamente Invasiva)

Representa el más novedoso avance en cuanto a cirugía de glaucoma se refiere en la actualidad. Está indicada en pacientes con hipertensión ocular leve-moderada como coadyuvante del tratamiento tópico para poder reducirlo o incluso como sustituto de éste, al estar el uso crónico de estos colirios asociado a molestos efectos secundarios tales como el ojo seco. Por tanto, no solo permite mejorar el control de la tensión ocular sino la calidad de vida del paciente.

Cirugías filtrantes (trabeculectomía y esclerectomía profunda no perforante)

Con el uso de estas técnicas quirúrgicas se pretende crear una vía de salida del humor acuoso desde la cámara anterior al exterior.

Dispositivos de drenaje o válvulas

La colocación de estos dispositivos generalmente se reserva para casos avanzados de glaucoma o en los que la realización del resto de acciones terapéuticas no está indicada o ha fracasado.

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PREGUNTAS
FRECUENTES

Selecciona una de las siguientes preguntas frecuentes de nuestros pacientes para mostrar la respuesta. Si no encuentras la respuesta a tu consulta puedes ponerte en contacto con nosotros a través del formulario inferior.

¿La tensión ocular es lo mismo que la tensión arterial?

No. Ambas cosas hacen referencia a conceptos diferentes. La tensión arterial depende de nuestro sistema cardiovascular, mientras que la tensión ocular dependerá de la capacidad que tenga nuestro ojo para “filtrar” el contenido líquido de su interior.

¿La tensión ocular alta duele?

El dolor producido por valores elevados va a depender de si dichos valores están elevados de forma crónica, en cuyo caso el ojo se “acostumbra” a dicha tensión y no suele producir dolor, o si se elevan de forma aguda, es decir, de repente. En estos casos, si la elevación es significativa sí que asociará dolor.

Sin embargo, en la mayoría de los casos la tensión se encuentra elevada de forma crónica y dicho aumento no es muy macado, con lo que el paciente se mantiene asintomático siendo la hipertensión ocular detectada de forma casual durante la exploración oftalmológica.

¿La tensión tomada con aire es lo mismo que la tomada en consulta por contacto?

Aunque ambas son modalidades aceptadas para medir la tensión ocular, la tensión por aire es mucho más inexacta siendo por tanto una aproximación del valor real.

¿Tener hipertensión ocular es sinónimo de glaucoma?

No necesariamente. Una tensión levemente por encima del límite medio no conlleva patología en todos los pacientes. Por otra parte, tensiones que son consideradas “normales” para la mayoría de individuos, son suficientes en ciertas personas para fomentar el desarrollo o avance del glaucoma.

La tensión ocular es un factor de riesgo de glaucoma y el estudio minucioso por parte del oftalmólogo es el que debe determinar esto para poder en cada caso tomar la actitud terapéutica más adecuada en caso de ser necesaria.

¿Influyen en algo mis antecedentes familiares?

Por supuesto. La carga genética tiene un peso muy importante en esta enfermedad y es por ello que aquellos pacientes con familiares afectos de glaucoma, deben seguir un estrecho control oftalmológico.

¿A partir de qué edad debo preocuparme por el glaucoma?

Aunque hay ciertos tipos de glaucoma que pueden aparecer en edades tempranas de la vida, incluso estar presente en el nacimiento, la incidencia de glaucoma es mayor a partir de los 40 años. Es por ello que una revisión oftalmológica anual sería ideal de cara a descartar posible patología.

¿El tratamiento del glaucoma es siempre quirúrgico?

No. El tratamiento quirúrgico solo será necesario en aquellos casos en los que la tensión ocular no logre controlarse con medicación o haya una intolerancia a esta.

¿Tras la cirugía necesitaré seguir poniéndome las gotas para la tensión?

Dependerá del caso. Según los que se determinen sean los niveles óptimos de tensión para cada paciente y el descenso logrado con la cirugía, se podrá plantear la suspensión o disminución del tratamiento con gotas. En muchas ocasiones es necesaria una combinación de ambas (gotas y cirugía) para lograr la tensión ocular deseada.

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